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Yolanda Farr Germán Pinelli María de los Ángeles Santana
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Todo
el que, con la edad pertinente, estuviese en La Habana en septiembre del 1965
recordará el gran estreno de Los tiempos de mamá y papá en el Salón Rojo del Hotel
Capri. El espléndido reparto, dirigido por Joaquín M. Condal, y la buena idea de
hacer un recorrido por la música popular más emblemática desde principios del siglo XX, nos aseguraban el éxito. María de los Ángeles
Santana, Germán Pinelli, Manolín Álvarez, Joseíto Fernández, (el creador de la Guantanamera, con sus eternas guayaberas y su sombrero de paja blanco ), Ruth Dubois, Ana
Gloria, Clarita Castillo, el chino Jacobito y yo componíamos el reparto de
aquella gran revista. Mis interpretaciones de “La Chelito” buscándose la famosa pulga, que nunca se
llegaba a encontrar, la escenificación de la Guantanamera
y en ella mi recreación de Lola, la pobre infeliz a la que su amante, en este caso
Germán Pinelli, mataba cada día “a las tres de la tarde”, eran parte de mi aportación a ese gran éxito.
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María de los Ángeles Santana |
María de los Ángeles estaba magnífica en los cuplés antiguos y divertidísima cantando con Pinelli una parodia de Lágrimas negras. Bueno, María era magnífica hiciese lo que hiciese. Su currículo era tan amplio que sería imposible hablar de la historia del teatro y la televisión cubana sin mencionarla hasta la saciedad. En 1940 hizo una gira de siete años por América y al volver a Cuba se incorporó a la compañía del Teatro Martí. Durante nuestra convivencia teatral y cabaretera, María solía hablarme de sus viajes a España, su adoración por mi abandonada patria y sus grandes éxitos allí como vedette. Lo cierto es que cuando, años después, recién llegada a Madrid yo hablaba de Cuba, los únicos nombres de procedencia cubana que recordaban las personas de la profesión eran el de Machín, el de Bola de Nieve y el de la bellísima vedette María de los Ángeles Santana.
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Olga Guillot Celia Cruz
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Me refiero a tiempo antes de que Olga Guillot y Celia Cruz conquistaran el mundo de la música popular en Europa y mucho antes de que Pablito Milanés y Silvio Rodríguez se convirtieran en ídolos de la mal informada “progresía” española. María de los Ángeles había debutado en el Teatro Madrid de la capital con una obra de Antonio y Manuel Paso, Tentación, que estuvo en cartel durante 2864 funciones ininterrumpidas. Todo un récord. Cuando ella y yo intimamos, durante aquellos largos ensayos de “Los tiempos de mamá y papá”, aún estaban frescos en su recuerdo esos éxitos ya que su última larga estancia en España había finalizado en 1958.
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La Alhambra El Escorial Basílica del Pilar
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La arquitectura española,
aquella Alhambra de Granada, El Palacio del Escorial, El Palacio Real y Los Jardines
de Sabatini la fascinaban. Así como la Basílica del Pilar en Zaragoza, y la ciudad de
Toledo, todo un ejemplo de arquitectura medieval, y tantos otros espacios emblemáticos de esta nación.… En fin, que María de los Ángeles correspondía al
aprecio que España sentía por ella con una efusiva admiración. Aquí estaba María, el año 1956, el día que televisión Española iniciaba sus emisiones regulares desde
los pequeños estudios de Paseo de la Habana, Madrid. Emisiones que tan solo pudieron verse
en algunos puntos puesto que unicamente había un parque de 600
receptores en la ciudad. La mayoría, debido a su inalcanzable precio de 30,000 pesetas, pertenecía la jet set y a altos cargos del franquismo.
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Hotel Capri |
Pero
volvamos al Capri y a algunas de las muchas experiencias que viví durante el año y medio que Los tiempos de mamá y papá
se mantuvo allí triunfando. Aparte de los importantes
personajes internacionales que pasaron por ese cabaret y con los cuales tuve la
oportunidad de conversar, (por favor, no confundir con “alternar”) como ya he contado había
momentos entrañables que solían tener lugar en la cafetería adyacente al cabaret, en N y 21. Allí nos reuníamos, después del trabajo, personas pertenecientes al mundo de la farándula.
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Cuarteto Los Brito |
Mis amigos Alfredo y Julio Brito, descendientes con honores de una prestigiosa familia de músicos, solían venir a charlar conmigo y allí fue que les surgió la idea de formar el cuarteto “Los Brito” que llegaría a ser tan famoso. Alfredo, gran compositor, escribió para mí una canción, Alivio, que estrené en El Jagua de Cienfuegos durante la que sería mi última aparición pública en el país de mis amores. Pero de mis avatares para conseguir la salida del país hablaré más tarde, pues, a pesar de mi nacionalidad española nunca perdida, aquellos venideros meses estuvieron de nuevo llenos de un sufrimiento y una injusticia imposibles de olvidar.
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Cuarteto Los Meme |
Sin embargo en los tiempos del Capri el panorama de mi vida era radiante. Grandes amigos habían llegado, estableciendo sus nidos en mi corazón; Gilberto Álvarez, con quien Gladys y yo compartíamos prácticamente cada día de risas y muchas noches de “bailongo”, Bobby Jiménez, miembro del cuarteto de Los Meme, ese fulgurante y amoroso mulato cuya luz era tan clara que opacaba, disculpen mi opinión, a todo el resto del elenco.
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Caricatura de Fresquito Fresket |
También acudía Fresquito Fresket, estupendo
dibujante, del que guardo una entrañable caricatura dibujada para mí en una
servilleta del Capri, Armandito Sequeira, a quien
sus famosos ancestros en el mundo de la música acomplejaban de tal forma que le
hacían despreciar sus grandes valores, hundiéndose y buscándose en lugares
nada aconsejables, así como Julio Gómez, hermoso, sensible y culto, cuya homosexualidad no
fue obstáculo para que nos amaramos platonicamente hasta el día de su muerte,
ocurrida no hace mucho en Miami.
Conocí a Julio durante la preparación del rodaje de Desarraigo y fue tal la empatía que experimentamos desde el principio que nos convertimos en almas gemelas.Y fue él quien me trajo una canción que marcaría época en los EE.UU. y en la televisión cubana. Now. |
Una
tarde en que habíamos quedado en la
cafetería del restaurante El Carmelo la entrada de Julio fue algo pleno de misterio y
nerviosismo. Con ese sigilo al que las persecuciones políticas nos habían habituado,
Julio sacó de su pantalón una cassette que había grabado de forma clandestina.
“Acabo de llegar del ICAIC y he visto el pase privado de un documental de Santiago
Álvarez que va a levantar roncha. Se trata una serie de violentas escenas segregacionistas rodadas en USA y
montadas sobre una canción de Lena Horne que es una bomba: Now. Tú tienes que
estrenarla en Cuba, gallega”
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Lena Horne |
Si
lo lográbamos aquello rompería con la absurda orden que prohibía,
desde hacía años, cantar canciones en
inglés. La oportunidad no podían pintarla más calva. Para los que no vivieron
en Cuba en esos años de vetos y exacerbados odios antiamericanos, es algo imposible de concebir el hecho de
que se pudiesen entonar baladas francesas, por ejemplo de Gilbert
Bécaud, Charles Aznavour o canciones italianas de Domenico Modugno y hasta españolas, (Raphael
se convirtió en un autentico ídolo de multitudes) y que, sin embargo, clásicos
como Tea for two, Over the Rainbow, Stormy Weather y tantos y tantos blues y
canciones norteamericanas solo pudiesen oírse como arreglos musicales sin texto. Con Now podíamos derrumbar esos muros de
intransigencia. La canción era hasta tal punto un alegato contra el racismo que los Panteras Negras
la habían tomado como una especie de himno.
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Charles Aznavour Gilbert Bécaud Domenico Modugno Raphael
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Había
que comenzar a tocar puertas en CMQ a toda velocidad, pues lo ideal era estrenar
la canción antes de que se proyectara el cortometraje. Fue entonces cuando comencé a reunirme con mis amigos y
grandes músicos, Adolfo Guzmán, Armando Romeu, Rafael Somavilla, etc. Como es lógico todos ellos encontraban absurda la prohibición de cantar textos en ingles y admitían
que esta era una oportunidad especialmente propicia para romper ese veto. Así que escribieron y firmaron una
carta apoyando mi proyecto.
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Armando Romeu Adolfo Guzmán Rafael Somavilla |
El problema estribaba en convencer a los censores de
que aquella canción norteamericana era en realidad "antinorteamericana". Y fue mi
querido José Urfé, mi negro del alma, el que ideó una solución. Traduje al español el prólogo de la canción y quedó
así: Si aquellos grandes hombres
revivieran hoy, Washington, Jefferson y Lincoln y les llevaran a la televisión para saber lo que pensaban, estoy
segura de que dirían así, “basta de canciones, el momento es de acciones y
la hora es ahora; NOW.” Y todo el resto continuaba en inglés. Así quedaba bien
clara la intención política de la canción, al menos para el que exigiese verla.
Con este pequeño ajuste y un estupendo arreglo musical de José le
presentamos el asunto a quien realmente “cortaba el bacalao” en esas
cuestiones; Odilio Urfé, Director General del Consejo Nacional de Cultura y hermano
de mi amigo. Y, ¡bravo! conseguimos su aceptación. A los pocos días, por primera vez en
años, se escuchó en la tele cubana una canción en inglés. Aquello fue un bombazo, no
tanto por lo que significaba políticamente Now, no creo que eso interesara
demasiado al grueso del público, si no más bien porque se acababan de abrir las puertas para otras
maravillosas melodías americanas actuales y pasadas.
Y
fue tal mi éxito con Now que no solo lo interpreté en todos los programas musicales de
T.V. habidos y por haber. Cada vez que me llamaban para un acto, aunque
comenzase mi actuación con alguna de mis acostumbradas baladas como Et Maintenant , Sans Toi o Il Mondo el público
asistente acababa solicitando a gritos aquel Now. Turbas de gente joven me
esperaban a la salida de los teatros o de los auditorios coreando el pegadizo
puente musical, “Now is the moment” que, mirándolo bien, así extractado,
significaba lo que a cada cual le viniese mejor. Confieso que nunca, ni antes ni
después, me he visto vitoreada y hasta zarandeada de ese modo.
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Marta Valdés |
Aprovechando el éxito, organicé un concierto de canciones
en la Casa de la Cultura Checoslovaca que, como señaló Marta Valdés en su crítica, fue "memorable de
asistencia y estupendamente recibido por el público". Mi amigo del alma, Felo Bergaza estuvo al piano, Reynaldo Montesinos a la guitarra y Papito Hernández al contrabajo.
asistencia y estupendamente recibido por el público". Mi amigo del alma, Felo Bergaza estuvo al piano, Reynaldo Montesinos a la guitarra y Papito Hernández al contrabajo.
Y
así, entre mis diarias apariciones en el Salón Rojo del Cabaret Capri, los
reportajes fotográficos y los incesantes programas televisivos, pasó aquel embriagador 1965, dejando
su sitio a un 66 que aún me iba a ofrecer más venturas y triunfos.

Próximo capítulo: ¡Ay, Titón, Titón..! (Memorias del subdesarrollo)