sábado, 13 de octubre de 2012

Instantánea 49. Navidades negras. (Segunda parte)


Resulta que en allá en 1967, mientras se iba  consolidando mi decisión de abandonar la isla, cosas importantes estaban pasando en el resto del mundo. Y en esa especie de hemeroteca que había dentro de la Residencia para Estudiantes Iberoamericanas donde mi tía Olimpia me había absurdamente ubicado, aquella triste mañana del 24 de diciembre decidí comenzar a rellenar los huecos informativos a los que la dictadura castrista había condenado, por largos años,  al pueblo cubano, ya fuese por censura o por la desidia que, tras tanto tiempo de represión, se había apoderado del pueblo.
Los astronautas
Grissom, White y Chafee

Me enteré que, en enero del 67, en Cabo Cañaveral, durante las pruebas del proyecto Apolo, se había producido un incendio que causó la muerte de sus tres tripulantes, Grissom, White y Chafee. Una gran tragedia. También que en ese mes Jack Ruby, el asesino de Lee H. Oswald, fallecía de cáncer en un hospital de Dallas.  y en España una ley orgánica  suprimía el nombre de Falange de las Jons reemplazándolo por el de Movimiento Nacional. El mismo perro fascista con distinto collar.
Konrad Adenauer y
Francisco Franco


En febrero el canciller alemán Konrad Adenauer visitaba Madrid, lo cual era un punto de apertura pero, por otro lado, manifestaciones obreras y estudiantiles obligaban, tras furiosas cargas de policías a caballo, a cerrar la universidad durante tres días. Algo empezaba a removerse en España.

Ese mismo mes, un grupo de adversarios del presidente Somoza, atrincherados en el Gran Hotel de Managua, Nicaragua, acababan rindiéndose. En la acción habían muerto 32 personas y 79 resultaron heridas. Esto desencadenaría una secuela de violentas manifestaciones.
Logotipo de la ETA

En marzo, en España, se celebraba clandestinamente la V Asamblea  del grupo terrorista  ETA, en la cual se  propuso y aceptó el uso en espiral del terrorismo armado.

En el mes de abril el comandante soviético Vladimir Komarov, el primer mártir humano de los vuelos espaciales, moría durante el intento de aterrizaje de su nave Soyuz I.

La República de Biafra se constituía en Mayo. Cinco semanas más tarde el país entraba en guerra con Nigeria, dando esto lugar a una de las peores hambrunas de la historia. Un millón de muertos sería el resultado de esta masacre.

En junio comenzaba la Guerra de los Seis Días al atacar Israel a las fuerzas sirias y egipcias. La contienda finalizaría con la aplastante victoria de Israel, cuyo ejército estaba bajo el mando de Moshé Dayán.  El coste humano de esta guerra relámpago fue, según cifras oficiales, de 21.000 muertos, 45.000 heridos y 600 prisioneros.

Fernando Arrabal
En julio el excéntrico escritor Fernando Arrabal era detenido en España bajo la acusación de blasfemia.

Cadáver del Che
En octubre Ernesto “Che” Guevara ante el nulo apoyo del campesinado en su intento por organizar guerrillas en ese país, resultaba capturado en Bolivia. Un día después era ejecutado.

En los primeros días de diciembre, el doctor Cristian Bernard realizaba el primer trasplante de corazón. El paciente moría 18 días después de la operación. Aún así se consideró todo un logro precursor de la actual y exitosa cirugía de trasplantes.

Saturada de noticias mundiales sobre aquel año 1967 que estaba a punto de terminar, algo más calmadas mis ansiedades a base de tanta jugosa información, decidí centrarme en las recientes carteleras de espectáculos de aquel Diario Ya que abarrotaba, ordenado por años, la habitación de lectura donde me encontraba. Revisar las carteleras me daría una idea sobre lo que estaba pasando en el mundo artístico español. (El Diario Ya fue fundado en el 35, durante la Segunda República, por la Editorial Católica. Siendo de orientación ultraconservadora desapareció   durante la guerra civil española pero volvió a ver la luz con la dictadura. Tras la pérdida de lectores y suscriptores causada por el aperturismo  y la aparición en el mercado democrático de infinidad de nuevas  publicaciones, dejó de editarse, de forma definitiva,  en 1996).

En el Teatro Calderón había en aquellos momentos un espectáculo de flamenco con "El Príncipe Gitano", en el Circo Price, Historia de las Variedades con aquel cantante que fuese amigo de la familia, Pepe Blanco. En el Teatro Español ponían Las Mujeres Sabias, de Moliere dirigida por Miguel Narros, en el Maravillas, otrora teatro dedicado al musical, representaban El amor está debajo de la chistera, de Germán Lopezarias, en el Infanta Isabel, La Decente, de Miguel Miura, en el Reina Victoria, La Vil Seducción, de Juan José Alonso Millán.

Y, prácticamente, en el resto de los teatros de Madrid se exhibían obras de Alfonso Paso, el prolífico autor. Solo sobre los escenarios del Teatro Español, del María Guerrero y del Bellas Artes se podían ver piezas  de teatro internacional, dos obras de Luigi Pirandello, como homenaje al centenario de su nacimiento; Seis personajes en busca de un autor y Así es, si así os parece.
Florinda Chico, Irene Gutiérrez Caba, Lola Herrera, Analía Gadé

Lo  deprimente para mi era que ninguno de los nombres que  componían los amplios repartos madrileños me era familiar. Lina Morgan, Juanito Navarro, Arturo Fernández, Analía Gadé, Fernando Fernán Gómez, Juanjo Menéndez, Pedro Osinaga, Irene Gutiérrez Caba, Pastor Serrador, José Sazatornil “Saza”, Alfredo Marsillac, José María Rodero, Florinda Chico, Fernando Delgado, Lola Herrera, primeros actores que encabezaban las carteleras de los teatros me resultaban nombres desconocidos.
Fernando Fernán Gómez, Fernando Delgado, Juanjo Menéndez, Arturo Fernández

Tampoco identificaba a los  directores o a los autores nacionales. Salvo Paso, del cual había representado una obra años atrás en Cuba. ¿A quién y a dónde me iba a dirigir, entonces,  en busca de trabajo?  De pronto recordé que Pepe Triana, hermano de mi siempre amiga Gladys, me había entregado un ejemplar de su más reciente obra de teatro, La noche de los asesinos, estrenada en Cuba con gran éxito, para  que se la diese a  José Tamayo,  prestigioso director del teatro Bellas Artes.  ¡Eureka! Mi cerebro se iba aclarando.


Ese sería mi primer contacto en España. Así que decidí que, en cuanto me ubicara un poco dentro de mi entorno, a él acudiría con La noche de los asesinos en una mano y mi apreciado álbum de recortes de periódicos cubanos, la historia de mi vida artística,  en la otra. 

Además conté hasta 19 teatros de comedia, cuatro dedicados al musical, y 15 cabarets o Salas de Fiesta, en Madrid.  Estaba claro que habría abundante trabajo para una artista polifacética como yo.

Alimentada mi esperanza ante esta idea, creí poder enfrentarme a la triste Nochebuena que me esperaba. ¡Tenía una perspectiva segura de futuro! En primer lugar, sin duda Tamayo me recibiría con la misma calidez con la que nosotros, en Cuba, habíamos siempre recibido a los artistas españoles. Pronto la reunión con mi familia se haría realidad gracias a los ingresos de mis nóminas, las que según mis planes, estarían en su casi totalidad dedicadas a ese fin. Y en medio de estás ensoñaciones  el tiempo acabó pasando.

A las 7 de la tarde Oscar llamaba a la puerta de la residencia. No a las 7 y 5 o a las 7 menos 5. Con puntualidad germana a las 7. ( Yo llevaba largos minutos preparada pues la puntualidad era algo que mi familia me había inculcado y su falta era algo que siempre me había irritado en los cubanos). Tomé eso como una buena señal sin sospechar que aquel “germanismo” llegaba en mi primo mucho más allá de una mera actitud social, que formaba parte enfermiza de su carácter y de sus futuras actitudes  hacia mí.

Aquella noche, la regla imperante en la residencia  de regresar antes de las 10 estaba anulada. Tanto yo como las otras dos huéspedes, con las cuales aún no había coincidido, teníamos “pase pernocta”. Estaba aceptado que pasásemos Nochebuena en casa de familiares o amigos. Así que mi serio primo y yo, sintiéndonos ambos como lo que en realidad éramos, unos extraños, nos dirigimos en su coche hacia el hogar de los Ortega, aquellos desconocidos que, sin ser para mí ni familiares ni amigos, pronto se iban a convertir, en aquellos momentos de soledad y desamparo,  en lo más parecido a ambas cosas..


Próximo capítulo. Navidades negras. (Tercera parte)

2 comentarios:

  1. "La Noche de los asesinos" es un texto colosal de la dramaturgia cubana! Espero la próxima entrega con ansiedad. Un abrazo

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  2. Estoy loca por saber que paso esa nochebuena, esto esta mejor que un libro de suspenso.

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