sábado, 21 de enero de 2012

Instantánea 12 - Virgen Guadalupana.

El estanque del Retiro y el Palacio de Cristal. Madrid.
Todos de paseo  
Desde muy pequeña, en los días en que mis amados Dora, Jenny y Arsenio estaban en Madrid, ya por tener trabajo en la ciudad o por falta absoluta del mismo, me llevaban a lugares que yo adoraba. Por ejemplo  al Parque del Retiro, con su  estanque artificial y tantas otras bellezas.   Recuerdo mi asombro al observar por primera vez el Palacio de Cristal, ese idílico edificio en el cual Azaña, presidente de la Segunda República, autor de teatro y gran orador, había tomado, en el año 36, posesión del gobierno . Su arquitectura de ensueño, los blancos y negros cisnes que nadaban por el pequeño lago que le sirve de espejo  me hacían sumergirme en los cuentos de hadas que desde hace tiempo amaba y leía.
Puerta del Sol años 40


Y cuando era el día de las compras o de las reuniones con compañeros o amigos, nuestro destino era la Puerta del Sol, el Kilómetro Cero de España.  Allí,  con Jacinto, mi padrino, visitábamos mayormente la Calle de la Cruz y sus tascas. Una en particular me encantaba ya que aquel hombre entrañable acostumbraba sentarme en una esquina de la barra y pedir para mí algo que hacía mis delicias;  la ensaladilla rusa. Mientras, ellos disfrutaban de la especialidad del lugar, las gambas a la plancha regadas con chatitos del vino de la tierra. Este bar, que aún existe, se llama “El Abuelo”.

El continuo viajar me impedía  asistir a un colegio en el que se exigía, naturalmente, una r
egularidad. Eso no era obstáculo para que a los 6 años leyese con fluidez y ya tuviese unas nociones básicas de aritmética, asignatura que mi padre decía era imprescindible en la vida.  Me conocía todos los teatros de Madrid y buena parte de los de provincias. Había viajado a Marruecos, Tetuán y Portugal. Tenía un amplio surtido de vestidos de teatro. Era la mimada mascota de cada compañía en la que las "Pfarry Sisters" trabajaban. En fin, como veréis, mi vida era sui generis pero,  a la vez, maravillosa..
Irma Vila y su Mariachi.

Un día de mediados de 1946 mi familia me dijo que habíamos sido contratados para una turné de seis meses, ¡qué maravilla!, por una tal Irma Vila que venía a España acompañada de sus mariachis. Me explicaron que era una gran estrella mejicana y  los mariachis, unos músicos con guitarras y guitarrones, siempre viajaban con ella. Y en ese momento se comenzaron a ampliar mis nociones de geografía. De pronto me enteré que Europa no estaba sola en el mundo, que existía una tierra muy grande llamada América y que Méjico era una pequeña pero importante parte de ella. Supe que la tal América había sido desde hacía siglos el sueño de muchos europeos, El Dorado, la "tierra de jauja",  un generoso continente  donde, en el pasado y en el presente, recibían  cobijo todos aquellos que en su patria sufrían hambre, persecuciones políticas o religiosas.
Toda la compañía de gira.



El primer encuentro con Irma Vila y sus mariachis fue impactante. Ellos eran  guapos chicarrones  que llevaban escondido parte de sus rostros tras unos  bigotes como alas de cuervo. Ella, en cambio, era de una fragilidad conmovedora. Pequeña y delgada, con larguísimas trenzas de azabache y  grandes ojos risueños que resultaban una invitación a quererla imposible de rechazar. Había nacido en Sinaloa, Méjico, en 1916. Ya adolescente Irma coincidió en una tertulia con un individuo llamado Genaro, relacionado con el mundo del espectáculo,   quien al oírla cantar quedó prendado por su falsete. Al poco tiempo era su mánager, luego su amante y acabó siendo su expoliador ya que, años después, cuando  ella era una figura triunfadora, la abandonó arramplando con las pingües ganancias de muchos años y dejándola  en la más absoluta de las ruinas. Aún  hay más negra información sobre este siniestro individuo. Un día, durante la gira, Irma llegó al teatro con un gran moratón en la cara. Ante la pregunta de mi familia sobre qué había sucedido  Irma se negó a responder. Mi tía Jenny la acompañó entonces  a su camerino y cubrió la injuriosa señal con varias gruesas capas de maquillaje. Así hizo la cantante aquella tarde la función, sin una queja y sin que su maravillosa voz  delatara su sufrimiento. El tal Genaro desapareció durante un tiempo, lo que no hizo más que corroborar las sospechas sobre su villanía y estupidez. ¿A quién se le ocurre maltratar a la “gallina de los huevos de oro?"
Virgen de Guadalupe

Bien, la cuestión es que la familia  Mariño-Pfarr al completo había sido contratada. Las mellizas como figuras y coreógrafas, Arsenio de regidor y representante de compañía y yo como indita portadora de flores a la Virgen de Guadalupe, número que a Irma se le ocurrió al momento de conocerme. ¡Por fin, a punto de cumplir los seis años, iba a reanudarse  mi carrera artística! ¡Ella cantaría en off Virgen guadalupana mientras yo atravesaba el escenario, flores en mano, e iba a arrodillarme ante un pequeño altar!
Arsenio, Dora, Irma, yo y Jenny.



Desde el principio las relaciones entre nosotros fueron inmejorables. A una voz impactante y una belleza exótica Irma unía un carácter amistoso y un corazón de oro. Era estupendo oírla cantar sus corridos y sobre todo aquella Malagueña en la que hacía alarde de los más nítidos falsetes. O la canción Dos arbolitos que tantas veces me hizo llorar.

Solo tuvimos un problema y este fue con esa inexorable censura a la que todo espectáculo, musical o de comedia, debía someterse antes de su estreno. Estaba previsto incluir la cumbia Se va el caimán, del maestro colombiano Peñaranda,  la cual estaba siendo un éxito en buena parte del mundo. Los señores censores se sacaron, no sé de donde,  la paranoica idea de que la letra satirizaba los falsos anuncios de retirada de Franco y se nos obligó a retirarla del espectáculo.  Mientras en el mundo se entonaba esa inofensiva canción, en España fue totalmente prohibida. ¡Ay, la maldita censura que martirizó a los españoles hasta el año 77, increíblemente hasta bastante después de la muerte del Generalísimo!
Estreno de "Divinas Palabras", con Margarita Xirgu
y Enrique Borrás en 1933.
Son interminables las anécdotas acaecidas durante la vigencia de esa ley, tanto en el cine, el teatro o la novelística como en la prensa. No había límite para el poder de esos lobos castradores: los censores. No solamente se enjuiciaba en base a la política.  Las vedettes, modelos y bailarinas fueron cruelmente victimizadas. Ni un centímetro de nalga podía escapar de los shorts ni una fracción de los senos asomar por los “tops” que forzosamente sustituyeron a los “pecaminosos” dos piezas. Los autores de teatro vieron examinados con lupa y “peinados” sus textos y su creatividad drásticamente encorsetada. Incluso alguno, ya fallecido en aquellos días, como el genial Valle Inclán, padeció sus rigores. Su obra Divinas palabras que había sido estrenada  en el Teatro Español en el 33, es decir, durante la República, por Margarita Xirgu y Enrique Borrás, fue tachada  de “repugnante, inmoral e irreverente” y prohibida su representación.  No fue  hasta 1961  que José Tamayo, tras años de lucha, logró el permiso para su reposición, eso sí, con la condición de que solo se representase en Barcelona y en Madrid.
Buñuel                  Picazo                     Berlanga
En el cine, directores como Berlanga, Buñuel o Picazo sufrieron la guadaña de una censura que estuvo a punto de lacerar joyas como El verdugo, Viridiana o La tía Tula.
Grace Kelly y Clark Gable

Todos los besos cinematográficos algo efusivos eran cortados antes de la proyección. Gracias al obligatorio doblaje eran innumerables las barbaridades que se cometían con los diálogos originales, llegando hasta el famoso caso de Mogambo. En ese film Grace Kelly  representa a una esposa con problemas conyugales provocados por la aparición en su vida de Clark Gable, el tercero en discordia,  y como hasta la mención del adulterio estaba prohibida,  en la versión española la Kelly y su esposo, Donald Sinden,  fueron convertidos, gracias al doblaje, en  unos hermanos francamente incestuosos ya que, durante gran parte de la película, la relación entre ambos es de una intimidad evidente.
Weissmuller

Hasta el infeliz de Tarzán pasó de ser cine “para todos los públicos” a “solo para mayores” con esta justificación textual: “la admiración física hacia el arquetipo masculino puede dañar psíquicamente a los adolescentes escasamente diferenciados”. Eso sí que era “poner el parche antes de que aparezca la herida”. De  la prensa, máxima víctima de la censura, se cuenta una divertida anécdota. Había una famosísima revista satírica, “La Codorniz” que cada dos por tres era secuestrada por su humor “políticamente incorrecto”. En una ocasión, en la sección de pasatiempos, salió publicada esta supuesta ecuación; “Regla de Tres. Bombín es a bombón lo que cojín es a X. Nota de Redacción. Nos importa tres X que nos secuestren la edición.”

En cuanto a lo que ocurría en el resto del mundo,  señalaré que, en el mes de enero   el      
Consejo de Seguridad de las Naciones se reunía por primera vez condenando, en su resolución 32, al gobierno de Francisco Franco y prohibiendo su ingreso en la organización.

El 24 de febrero Juan Domingo Perón era elegido por primera vez presidente de Argentina.


En Julio, Louis Reard, diseñador de moda francés, lanzaba el biquini, prenda que fue prohibida en España e Italia durante años.



En septiembre se celebraba el Primer Festival de Cine de Cannes tras la posguerra. Realmente había sido inaugurado en septiembre de 1939 solo para ser cancelado al día siguiente debido el inicio de la guerra. En ese año 46 y en el 47 se premiaron  seis películas entre las que destacan “María Candelaria”, del mejicano Emilio Fernández  y “Roma, ciudad abierta”, de Roberto Rossellini.

En Junio del 47 Estados Unidos iniciaba el Programa de Reconstrucción Europea, conocido como “El Plan Marshall”, que, por cierto, pasó sobre España sin siquiera rozarla.
Manolete.


Y en agosto, estando la familia Mariño Pfarr de bolos por la península y sentada en una terraza cercana a la plaza de toros de Linares, Andalucía, escucharon una tremenda algarabía. El gran torero Manolete, ídolo de los aficionados,  había sido empitonado por un toro de Miura de nombre Isleño. Poco después, supieron que el matador, en esta ocasión, había resultado ser el  "matado". Este hecho trajo el luto a una España tan aficionada a la tauromaquia.

Mariquita Pérez y yo.

Pero volvamos a nuestra historia.  En los principios de 1947,  finalizó   aquella maravillosa experiencia mejicana.  Irma Vila me había hecho un maravilloso regalo; una Mariquita Pérez articulada, aquella muñeca que era un fenómeno social del que solo la élite podía disfrutar   y que había tenido gran acogida en Portugal y América Latina, llegando en Cuba a ser llamada “La Reina de Cuba”. No tengo palabras para describir la adoración que sentía Yolanda por aquella pequeña niña de cartón piedra, cabello natural  y hermosos ojos azules que se abrían y cerraban orlados por espesas pestañas.  El día de la despedida de compañía la cantante me hizo un segundo obsequio; una cadena y una medalla de oro de la Virgen de Guadalupe, “como recompensa por los cientos de veces que te has arrodillado ante su altar”, según sus palabras.

Aquellos seis meses de gira no solo no habían mermado mi entusiasmo artístico sino que reforzaon mi afición. La certeza de que las galaxias que viera allá en el cielo del escenario, durante mi debut teatral  en  los brazos de Estrellita Castro, marcarían inexorablemente mi vida se había confirmado. El veneno del teatro, en estado latente en mí desde aquel día de 1942, había eclosionado infectando cada milímetro de mi alma y para siempre.  Nada menos que la propia Virgen Guadalupana había confirmado  mis votos con el mundo del espectáculo.
Despedida de la compañía de Irma Vila.
La enana del centro soy yo. 



NECROLÓGICA.

Justamente, mientras escribía en este blog la parte dedicada a la censura en España, la televisión daba la noticia de la muerte de Manuel Fraga Iribarne, ese polémico político.
 Manuel Fraga Iribarne

Fundador del Partido Popular,  presidente electo de Galicia durante 16 años y uno de los llamados padres de nuestra actual constitución,  en los años 60, siendo Ministro de Información y Turismo, impulsó la nueva ley de prensa que abolía la censura previa y las consignas, iniciando un pequeño aperturismo, un tímido acercamiento a la democracia  que finalizó con su destitución en 1969. A su iniciativa se deben los Paradores de Turismo, hoteles construidos en lugares privilegiados y que tanto favorecieron el auge del turismo, o las Campañas Nacionales de Teatro que llevaron la cultura por las ciudades y pueblos de la nación y que dieron trabajo a tantos actores y técnicos teatrales. De él proviene la famosa frase “Spain is different” y solo durante su ministerio los artistas pudimos gozar del “Régimen Especial de Artistas” que nos contemplaba ante Hacienda como un gremio totalmente diferenciado, cosa que sin duda somos. Y si alguien tiene dudas sobre esta diferencia le emplazo a planteármelas. Con muchísimo gusto intentaré aclararlas.
Os contaré una pequeña anécdota: al asistir yo a una entrega de premios en el desaparecido periódico El Pueblo, justo en el momento de entrar al recinto, veo una figura que se me acerca con la mano extendida mientras me dice “Hola, Yolanda, gracias por tu presencia”. Era Fraga. Huelga decir que no nos conocíamos personalmente pero aquello me demostró sus dotes diplomáticas, esas que, para mí, deben acompañar a todo buen político. Nunca volvió a sucederme algo igual, ni cuando conocí a Aznar, presidente del gobierno en aquellos momentos, ni en mi encuentro con sus Majestades, los Reyes de España.
Hasta aquí lo positivo que de él quiero recordar. Como la persona lega en política que siempre he sido y querido ser y tras recibir estos días varios, muy extensos y explicativos emails sobre este personaje, he descubierto actos y facetas de su vida política con las que mis tendencias liberales no están nada de acuerdo, pero yo deseo dar un póstumo adiós a la persona que conocí, al Manuel Fraga Iribarne fan de todas las artes, fiel a sus ideales hasta la muerte, el hombre que nunca se enriqueció con los poderes que su extensa vida política le proporcionó.
La parte sórdida de su vida prefiero obviarla y dejar a los que la conocen o quieran buscarla en Wikipedia, refocilarse en ella. Porque haberla sin duda “hay la”.

Próximo capítulo: Camino hacia el adiós. (Primera parte).

 






2 comentarios:

  1. Estoy preparando un programa para radio BUAP (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México)sobre Irma Vila; su blog me ha ayudado en su producción.
    Muchas gracias doña Yolanda.
    José Antonio Robledo
    robledomeza@yahoo.com.mx

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